lunes, 10 de diciembre de 2007

La meditacion


Vivid de instante en instante, de momento en momento, sin el doloroso peso del pasado, sin preocupaciones por el futuro.
Relajad la mente. Vaciadla de toda clase de pensamientos, deseos, pasiones, etc.
No aceptéis dentro de tu mente ningún pensamiento.
¡Antes que la llama de oro pueda arder con luz serena, la lámpara debe estar bien cuidada al abrigo de todo viento!.
¡Los pensamientos terrenales deben caer muertos a las puertas del templo!.
La mente debe estar quieta por dentro, por fuera y en el centro.
Así en meditación profunda y con la mente relajada experimentareis lo Real.
Entregaos a vuestro Dios Interior profundo, olvidaos completamente de la mundanalidad.
Durante la meditación mantened los párpados cerrados.
Que vuestro vehículo físico se adormezca deliciosamente.
La meditación sin sueño destruye el cerebro y daña la mente.
La meditación profunda debidamente combinada con el sueño, conduce al éxtasis, al SHAMADI.
Combinad sueño con meditación en proporciones armoniosas.
Nunca olvidéis la LEY DE LA BALANZA.
Necesitáis realmente de un 50% de sueño y de un 50% de meditación. PRACTICAD LA MEDITACIÓN cuando os sintáis predispuestos al sueño normal.
El panadero que quiere preparar pan, deberá saber combinar las diversas cantidades de agua y harina.
Si pone más agua que harina, no le resultará el pan al panadero
Si pone mucha harina y poca agua tampoco resultara el pan al panadero.
En forma similar es el proceso de la Meditación.
Si ponemos más sueño que meditación, caeremos en la inconsciencia.
Si ponemos más meditación que sueño arruinaremos la mente y el cerebro.
Empero, si sabemos combinar armoniosamente sueño y meditación, lograremos eso que se llama SHAMADI, ÉXTASIS.
(fraf. Samael Aun Weor)
¿Cuanto tiempo?
Un joven se presentó ante el Maestro y le preguntó: -¿Cuánto tiempo crees probable que puede llevarme el alcanzar la iluminación?-
-Diez años-, le respondió el Maestro.
El joven quedó impresionado.-¿Tanto?-,preguntó sin dar crédito a sus oídos.
el Maestro le dijo: -No, me he equivocado. Te llevará veinte años.-
-Por qué el doble?-, preguntó el joven.
-Bien pensado-, dijo el Maestro, -en tu caso probablemente sean treinta años.
Algunas personas nunca aprenderán nada, porque lo comprenden todo demasiado pronto. Después de todo, la sabiduría no es una estación a la que se llega, sino una manera de viajar. Si viajas demasiado aprisa, no ves el paisaje.
Saber exactamente adónde va uno puede ser la mejor manera de extraviarse. No todos los que pierden el tiempo se extravían.